jueves, 24 de marzo de 2016

IV - La manipulación emocional (1ª parte)

En anteriores entradas hemos hablado por encima de la importancia de cultivar la templanza, el autocontrol, por un lado y de cómo ciertas emociones pueden ser utilizadas por terceros en su propio beneficio. Por fin introducimos al lector en la manipulación emocional, más presente en la vida cotidiana de lo que parece.

Primero tenemos que definir qué es la manipulación emocional.

Esto nos da la Real Academia Española:







manipular

Del b. lat. manipulare.
1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento.
2. tr. Trabajar demasiado algosobarlomanosearlo.
3. tr. Intervenir con medios hábiles ya vecesarterosen la políticaen el mercadoen la informaciónetc., con distorsión de la verdad o la justiciay al servicio de intereses particulares.
4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modoo mezclarse en los ajenos.








emocional

1. adj. Perteneciente o relativo a la emoción.
2. adj. emotivo (‖ sensible a las emociones).

Nos vamos haciendo una idea: vendría a ser la intervención con medios hábiles en las emociones, con distorsión de la verdad, y al servicio de intereses particulares.

Antes de que sigamos entrando en materia, quiero dejar claro por qué consideramos este tema tan importante: porque la manipulación emocional es seguramente la más común en el día a día, y una de las más efectivas.

Como cualquier persona que trabaje con ordenadores puede saber, los programas informáticos a veces se "cuelgan", o funcionan de forma inapropiada. Esto se debe a bugs o glitches, que son fallos en el software, y que desvirtúan el propósito del sistema lógico que supone el programa en cuestión.



Bien, pues estos pequeños errores en el código son los hilos de los que tiran los hackers informáticos para inutilizar, modificar, mejorar, y/o violar sistemas. Normalmente porque suponen el talón de Aquiles del software: su punto más vulnerable.

Es por esto que los informáticos que trabajan en seguridad se encargan de buscar y reparar estas vulnerabilidades antes de que los ciberdelincuentes tengan tiempo de  aprovecharse de estas.

El cerebro humano, gracias al proceso evolutivo por el que ha llegado a donde está, tiene sesgos cognitivos, heurísticas, instintos, y atajos mentales, que dan forma y limitan nuestra percepción del entorno a varios niveles.

Estas piezas de software vivo, como todo sistema lógico, tienen vulnerabilidadesY esto quiere decir que terceras partes pueden usarlas en su propio beneficio: la mente humana, como todo sistema, se puede hackear.

Ahora no estamos hablando exclusivamente de las emociones: estamos hablando de los varios niveles de inteligencia que el ser humano posee (recuerde lo que expusimos sobre que las personas difieren en sus habilidades).

Howard Gardner
La teoría de las inteligencias múltiples fue propuesta en 1983 por el profesor Howard Gardner, de la Universidad de Harvard. Esta teoría viene a decir que hay más de un tipo de inteligencia, y él mismo aventura una lista plausible de tipos de inteligencia: lingüístico-verbal, lógico-matemática, espacial, musical, corpóreo-cinestésica, social, e intrapersonal.

Diferentes personas tiene diferentes inteligencias. Eso quiere decir que las personas tienen inteligencias más vulnerables, y otras menos. Lo que no quita para que ciertas vulnerabilidades estén más extendidas que otras. De hecho, la inteligencia que es más débil y permite la manipulación emocional es la inteligencia intrapersonal...

También conocida como "inteligencia emocional"...

Volvamos a la R.A.E:







inteligencia

Del lat. intelligentia.
1. f. Capacidad de entender o comprender.
2. f. Capacidad de resolver problemas.
3. f. Conocimientocomprensiónacto de entender.
4. f. Sentido en que se puede tomar una proposiciónun dicho o una expresión.
5. f. Habilidaddestreza y experiencia.
6. f. Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre .
7. f. Sustancia puramente espiritual.

inteligencia emocional
1. f. Capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás.

Así pues, no es que los manipuladores sólo tengan unos pocos hilos de los que tirar, sino que lo menos costoso es ir a por las vulnerabilidades menos específicas, porque son más fáciles de encontrar. Casi siempre, esta vulnerabilidad es una pobre inteligencia emocional. O sea: una ausencia de templanza, autocontrol, o capacidad gestora de las propias emociones.

Ahora que vamos entrando en materia, ¿cuáles son nuestras principales emociones? Las emociones básicas con las que contamos los seres humanos y otros animales son la alegría, la ira, el miedo, el asco, la tristeza, y la sorpresa.

Las emociones aparecieron en la mente humana como herramientas adaptativas a entornos cambiantes: están dirigidas a favorecer la supervivencia y la reproducción de los individuos de la especie.  Sin embargo, en la vida moderna, las emociones han perdido parte de su utilidad, tanto a causa de manipuladores emocionales como por una pobre gestión emocional.

Antes de proseguir, quiero subrayar tres ideas centrales en torno a las que va a girar esta entrada y las siguientes relacionadas con este tema:

1-Todos somos manipuladores: unos de forma consciente, y otros de forma inconsciente/automática.

2-La mejor posición para aprovecharse de cualquier escenario es ser quien mejor gestiona las emociones (propias y ajenas): son necesarias altas dosis de templanza y autocontrol.

3-Hay una variedad ENORME de formas de manipular emocionalmente a otros individuos o grupos, y casi todas se basan en generar reacciones emocionales predecibles.


1-Todos somos manipuladores

El sistema de valores común a la mayor parte de las personas retrata al que busca activamente el poder como un ser mezquino y profundamente egoísta en el peor de los casos, o un control freak en el mejor, con todo un espectro de adjetivos calificativos entre ambos que no vamos a reproducir aquí, pero que en resumidas cuentas vienen a decir: mala persona.

En la primera entrada del blog ya anunciábamos que nunca íbamos a analizar nada de este blog desde un punto de vista moral, sino práctico. Entendemos que la "bondad" y la "maldad" son construcciones sociales, de mayor o menor utilidad, pero inútiles al estudio de las relaciones de poder.

La realidad es que las sociedades "civilizadas" (que viven en ciudades-civitas; ciudad en latín-) suelen estar fuertemente jerarquizadas, y tanto los líderes espirituales/ideológicos como los más poderosos promueven estas ideas: los que han llegado al poder  lo han conseguido por méritos propios, no lo han buscado con fines egoístas, y están para servir al pueblo. Y la mayoría de las veces, vemos que esto no es así: casos de corrupción, "enchufes", abusos de poder, mediocridad generalizada, sangrante cortoplacismo, puñaladas traperas, pucherazos...

Son ejemplos que nos recuerdan que estos dirigentes han llegado a donde están con unos objetivos muy concretos, y que suelen servirse a sí mismos para olvidarse de los demás.

Pero nosotros no podemos lidiar con la idea de que somos semejantes a estos individuos poderosos (a pesar de que sólo son un reflejo de nuestra sociedad). No podemos lidiar con la idea de que manipulamos a nuestro prójimo ni tampoco con la idea de que somos "malos".

Esto que nosotros hacemos (manipular a los demás) entra en conflicto con los valores que se nos han inculcado (manipular a los demás te convierte en mala persona). Esto genera un choque, una molestia dolorosa, conocida en psicología como "disonancia cognitiva". Estas disonancias suelen provenir de valores "morales" con las que se nos ha educado que están en conflicto con lo que hacemos. A mayor conflicto entre la teoría (somos "buenos") y la práctica (nos comportamos "mal"), mayor será la disonancia. Lo que hacemos en estos casos es simplemente reducir esa tensión interna de alguna forma: ya sea no pensando en ella y poniendo la atención en otra cosa, racionalizando nuestras acciones, y/o comparándonos con aquellos que, según la escala de valores del momento, sean mucho más "malos" que nosotros. Nos damos excusas a nosotros mismos para ser "malos" a veces.




Esto nos hace sentir mejor, porque en estas ocasiones la verdad resulta demasiado dolorosa de soportar, y es más fácil racionalizar nuestros actos y decirnos que no somos tan "malos", o que en realidad estábamos haciendo el "bien".

Así -a través del autoengaño- nos protegemos a nosotros mismos de percibir nuestra propia imagen como algo negativo bajo la escala de valores que nos han inculcado, ya que percibirnos a nosotros mismos como "malos" es doloroso.

Nuestra capacidad de autoengaño nos ha ayudado a crear la falsa noción de que manipuladores sólo hay unos pocos y de que son muy buenos en ello, cuando en realidad manipuladores somos prácticamente todos, y la mediocridad en este aspecto abunda bastante. Nos esforzamos por trazar líneas divisorias que, en la mayoría de los casos, no están ahí.

2 - Mantener la calma es la mejor opción

Este punto tiene que ver con la inteligencia emocional. Como ya hemos explicado, a veces ciertas emociones fuertes pueden sobrepasar nuestro proceder racional, y lanzarnos a la tristeza, el miedo, la ira, el shock o el amor de una forma repentina.

Evitar que esto nos pase a nosotros y nuestros colaboradores es crucial, y hay escuelas filosóficas que han durado hasta nuestros días basadas en cómo liberarse de muchas emociones, tales como las expectativas, el deseo, el dolor, la frustración, y muchos otros avatares de la vida. Hablamos del budismo en Oriente, y del estoicismo en Occidente, como principales formas de relacionarse con el mundo. Ambas filosofías vitales se basan, a grandes rasgos, en desarrollar mecanismos y herramientas mentales para desligarse emocionalmente de lo que nos ocurre: no dejarse embargar por las emociones, sean las que sean, a fin de alcanzar algo parecido a la felicidad.

Esta filosofía de vida es útil como set de herramientas contra la manipulación emocional a la que nos enfrentamos en ciertas circunstancias, y nos facilita controlar y canalizar mejor nuestras propias emociones.

Pero ¿qué hay de cómo manipular a los demás? Si ya tenemos el estoicismo y el budismo, ¿para qué queremos aprender a intentar controlar a los demás?
¿No se supone que estas filosofías dan el camino a la felicidad?

Sí y no. Estas filosofías vitales pueden ayudarnos a conseguir las cosas a la vieja usanza: aprendiendo a no desesperar, a no tener expectativas, a ver que nuestro valor como persona no tiene nada que ver con los resultados que obtengamos.

Pero no nos van a empoderar más allá de nuestros propios límites. No nos van a dar más habilidades, ni más capacidad de influir en el mundo real. Sólo van a ayudarnos a cambiar nuestra percepción de la realidad.

Como ya expliqué al final de la primera entrada del blog, a veces es necesario instruir a otros a cómo hacer el "mal", porque es mejor minimizar daños que son inevitables a la larga, que perseguir a quien quiera hacer el "mal". Al final del día, quien quiera hacer algo "malo" va a acabar haciéndolo, por muchos impedimentos que encuentre, así que es mejor enseñarle a hacerlo de la forma menos dañina para todo el mundo.

Y este pensamiento tan práctico nos da pie a la segunda parte de este punto: una vez seas capaz de controlar tus propias emociones, podrás buscar herramientas para controlar las emociones de los demás.

Esto conecta directamente con la tercera entrada del blog: las cosas útiles para nuestros colaboradores, también lo pueden ser para nuestros competidores. Por eso debemos favorecer a nuestros colaboradores mientras coartamos a nuestros competidores. En la práctica, esto se traduce en ser dueño de uno mismo (sus reacciones, emociones, impulsos y pensamientos), mientras se procura que nuestros "enemigos" se dejen llevar fácilmente por pasiones, modas, apariencias y asuntos irrelevantes.

Un resumen de este punto podría ser el siguiente;

Aprender a canalizar nuestras emociones, a fin de evitar que otros vengan a canalizarlas en su propio beneficio, así como lo contrario: aprender a alterar las emociones de otros para canalizarlas en nuestro beneficio, mientras nosotros mantenemos nuestra autonomía emocional.

Se trata de un equilibrio que debe mantenerse a fin de conservar el poder. Un poder que consiste, mayormente, en controlar las emociones (propias y ajenas).

3-Las reacciones emocionales sólo son útiles a quienes saben canalizarlas

¿Cuántas veces hemos visto un niño con una rabieta, una valla publicitaria, un político de campaña, o un pavo real cortejando?

Todos ellos son exponentes de una misma cosa: gestión de la percepción ajena para conseguir una reacción emocional que acabe desencadenando la consecución de los objetivos del manipulador.

En el caso del niño, se busca causar vergüenza pública al padre. En el caso de la compañía anunciándose en la valla, se busca atracción por el producto. El político en campaña busca darnos esperanzas en su carrera política después de ser elegido, y el pavo real busca desencadenar la atracción sexual de la hembra.

Todos ellos buscar ganar algo: caprichos, dinero, votantes, o ventajas biológicas competitivas.

En la actualidad, casi todas las personas disponemos de herramientas culturales ("educación") que nos señalan la forma más aceptada o menos controvertida de comportarse, marcando unos límites entre lo que no es ordinario, y lo que es directamente ilegal. Esta cultura varía según el tiempo, el espacio, y los códigos comunicativos empleados, pero es más homogénea en naciones con políticas educativas centralizadas, escasa polarización ideológica, y buenas comunicaciones (analógicas y digitales).

Por ello, diferentes gestos tienen diferentes significados, así que según donde nos movemos, nuestras acciones tendrán unas reacciones emocionales u otras bien diferentes. Así que el manipulador emocional tiene que basarse en los lugares comunes, en aquellos elementos culturales que se encuentran en casi todas las culturas, cuando no se mueve por las grandes metrópolis del primer mundo. Y cuando no es así, debe conocer bien la cultura de su "interlocutor".


*Nota: En el futuro cercano hablaremos sobre los sistemas de valores, el dolor, y el autoengaño. Esto sólo ha sido un hito del camino.


lunes, 27 de abril de 2015

III-Recursos (3ª parte de 3): la Información

INFORMACIÓN


No hay herramienta más poderosa que el control de la información.

Por ello el juego del poder  se basa, al menos en parte, en mentiras y medias verdades.

Por eso el primer paso a la hora de tener poder es aprender a ir más allá de las apariencias y a descubrir la verdad por nosotros mismos, ya sea a través del empleo del método científico empírico, o de la lógica formal.

Nuestra tarea es doble
1) defendernos de manipulaciones mientras,
2) manipulamos para conseguir colaboración.

El juego de la información consiste en obtener información verdadera mientras al oponente le damos silencio, propaganda, o saturación informativa. Consiste en decidir qué dejamos saber y qué no, así como cuándo mentir y cuándo ser sincero (es necesario decir la verdad para que una mentira suene veraz, y no al contrario, como le pasaba  a Pedro, del cuento de Pedro y el lobo). 

Esta referencia al cuento infantil es una analogía a un término ecológico: el mimetismo batesiano. En dicho mimetismo, unas criaturas inofensivas mimetizan el aspecto de criaturas peligrosas, para no ser elegidas como presas.





Las tres ranas de arriba son muy venenosas. Las tres ranas de abajo no lo son, pero los posibles depredadores no van a arriesgarse a ser envenenados porque su aspecto es muy similar.
Pero hay problemas cuando la proporción de la población de "copiadores" se sale de unos márgenes máximos, y tenemos que los copiadores son más frecuentes que los copiados. Cuando esto sucede, tanto el copiado como el copiador salen perdiendo. Es preferible entonces para ambas especies una situación en la que la población inofensiva no alcance una proporción excesiva con respecto a la peligrosa. 

Esto se traduce en que la proporción de mentiras con respecto a verdades debe ser lo bastante baja como para que las mentiras pasen por ciertas, pero lo bastante alta para que podamos colar las mentiras necesarias para nuestros fines. Para este segundo requisito necesitaremos cómplices.

Resumiendo: con sinceridad selectiva es como nos ganamos nuestra credibilidad. Una vez decimos la verdad con suficiente regularidad, podemos empezar a hacer que funcione cualquier engaño. 

El poder como Sistema opresor crea en torno a sí mismo una hegemonía cultural: ideologías, códigos y toda una visión de la realidad que lo justifican y legitiman ante los gobernados/oprimidos -según la teoría de Antonio Gramsci-. El poder como Juego emplea estrategias análogas: estafas, engaños, propaganda, etc. 

Controlar qué llega nuestro conocimiento determina la imagen que tenemos del mundo. Y la imagen que tenemos -el conjunto de modelos mentales- determina qué consideramos ético, verdadero o posible, entre otras cosas. El poderoso manipula las apariencias y nuestra percepción de la realidad. 









El poder, del tipo que sea, intenta en cierta medida controlar los procesos mentales del individuo para mantener y expandir su hegemonía, porque los procesos neurológicos determinan los procesos sociales. Los principios del poder, así como sus límites, son determinados por el funcionamiento de la mente. Este proceso de lucha por imponer ciertos modelos mentales interesados a elementos externos recibió su primer nombre en 1941, en Alemania: "Weltanschauungskrieg" -o "lucha entre cosmovisiones"-. 

Hoy en día recibe nombres más fáciles de pronunciar: Guerra Psicológica , aculturación o "guerra cultural", "brainwashing"-lavado de cerebro-, control de la educación y de los medios de comunicación, propaganda, guerra de la información, y "poder blando".

Como vemos, el primer objetivo de la información que nos dan a conocer los poderosos es controlar lo que pensamos y sentimos, para asegurarse nuestra colaboración en sus planes, sea esta activa o pasiva. Por eso en nuestra búsqueda del poder es también importante aprender a inculcar la visión del mundo que nos convenga en aquellos con quien compitamos, a fin de manipularlos emocionalmente. Para ello es necesario alterar tanto la percepción de la realidad como la información que le llega al individuo. Por eso la primera revolución es la revolución de las mentes, o sea, replantearse nuestra visión de la realidad y cultivar nuestro sentido crítico y nuestra templanza, para no caer en engaños ni en la manipulación emocional ajena.

En futuras entradas hablaremos de la anulación de las concienciasesto es: hablaremos de la manipulación y neutralización de nuestra capacidad de integrar información, a través de medios diversos (alienación, desinformación, pérdida del autocontrol, narcotización, etc).



El segundo objetivo suele ser la desinformación normal y corriente, cuyo único fin es ponernos bajo pistas falsas, confundir, y llevarnos a errores fatales. Podemos diferenciarla de la propaganda en que la manipulación no es emocional, sino exclusivamente cognitiva. Como su fin no es la manipulación directa de las emociones, no va a recibir mucha atención aquí.

El tercer objetivo es la saturación de información, sobrecarga informativa, infoobesidad, o "infoxicación" -este último término acuñado por Ramón Reig, mezcla léxica entre intoxicación e información-: el sujeto o sistema queda saturado por un caudal de información insaumible para los medios de que dispone para procesarla, así que entra en un estado de no-respuesta. Esto está ligado, en el poder como Sistema, a la sociedad pantalla en que vivimos hoy en día y al empleo de los medios de comunicación como formas de bombardeo informativo constante contra nuestra psique.

-> Tanto la desinformación como la saturación informativa por obra de grupos ajenos tiene como objetivo secundario hacer difícil o imposible las conspiraciones propias por información falsa y/o excesiva: debemos procurar una comunicación fluida y eficiente dentro de nuestro grupo mientras intoxicamos y trastocamos la comunicación interna de otros grupos.






Pero... ¿qué hay de la información que NO nos dan a conocer? Aquí es donde entra en juego la censura selectiva, la deprivación de información.

Esta deprivación toma cuerpo en forma de secretos, censura y silenciamiento: impedir que llegue a conocimiento de la otra parte algo que va en su detrimento, para evitar que reaccione a tiempo. Hablaremos de las ventajas y desventajas de mantener secretos y de las comunicaciones secretas, herramientas básicas para conspirar. Los secretos de la clase política, en sistemas democráticos, engendran corrupción, material básico para el imperialismo.

Una de las herramientas imprescindibles en el ejercicio del poder es la conspiración, pero ¿qué es conspirar? Según la R.A.E:

 conspirar.

1. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano.

2. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño.

3. intr. Dicho de dos o más cosas: Concurrir a un mismo fin.

4. tr. ant. Convocar, llamar alguien en su favor.


Esto es, conspirar significa unir recursos entre varios para llevar a cabo acciones que socaven la posición de la tercera parte. Mantener comunicaciones no públicas para elaborar planes y coordinar la consecución de ciertos objetivos que los conspiradores comparten.Y esto quiere decir que esas comunicaciones -entre los conspiradores- deben ser inaccesibles -a fin de que aquél contra quien conspiramos no se percate de lo que va a ocurrir y pueda anticiparse a ello.

Sin embargo, hay muchas formas de mantener la comunicación inaccesible, y el secreto no es la única forma de aislamiento comunicativo, sino la más popular. Para ello debemos repasar los elementos del proceso comunicativo. Ve desempolvando tu libro de lengua...



El secretismo se basa en no permitir el acceso al mensaje por parte de receptores que no tengan los mismo intereses que nosotros.  O el grupo de poder considerar silenciar soplones (emisores no deseados) o testigos (receptores no deseados) mediante amenazas, coacciones, o violencia. Pero el aislamiento comunicativo también se puede conseguir emitiendo el mensaje por un canal físico inaccesible al receptor, o codificando el mensaje de forma tal que sólo ciertos receptores que conozcan nuestro código puedan descodificarlo, o en negar respuestas (feedback o retroalimentación) cuando se nos hagan preguntas demasiado concretas. Y ya no hablemos del contexto, que cambia enormemente el significado del mensaje según varíe.

Un ejemplo de canal físico inaccesible sería, por ejemplo, las palomas mensajeras. Para emitir y recibir señales a través del tráfico de estas aves no basta con tener algunas de ellas, sino que también se ha de conocer sus rutas de desplazamiento, se ha de tener unas instalaciones, y una preparación media con la que no cuenta más que un reducido número de personas, lo cual restringe el número de receptores. Otros ejemplos más actuales serían las comunicaciones por radio o por satélite.

Varios ejemplos de códigos inaccesibles serían los mensajes encriptados en el contexto del ciberespacio, o los códigos de bandas callejeras para indicar que tal barrio pertenece a tal banda, o la comunicación en un mismo idioma que es desconocido entre las personas contra quien conspiramos.

O incluso el empleo de símbolos ocultos para el ignorante pero abiertos para el iniciado: los códigos empleados por aquellos perseguidos por el poder, como el 14/88 en el submundo neonazi, los pantalones bajos en el submundo gay, los códigos de organizaciones criminales de tráfico de drogas, armas o personas-como la mafia-, los saludos especiales de los masones, o el símbolo del pez para los primeros cristianos.



Códigos secretos cuya función es mantener comunicaciones inadvertidas: ocultos a plena vista.

Cuantos más elementos de la comunicación controlemos, tendremos más capacidad de restringir quién recibe el mensaje.


Siguiendo la misma estrategia doble dentro/fuera del grupo de poder, debemos obtener la información de los demás (sean colaboradores o no) mientras reforzamos la confidencialidad de nuestra información. Esta actividad de conseguir información puede ser abierta (la vigilancia) o de forma subrepticia: el espionaje, ya sea espionaje masivo -tipo "1984"- o el espionaje clásico (nacional, industrial o personal). 



 Una de las manifestaciones de este espionaje masivo es el fin de la privacidad tal y como la conocemos, gracias a jugadores que operan espiando masivamente a través de Internet como la Five Eyes Network, la red de espionaje ECHELON, el gigante Google, o la NSA como miembros más importantes. De desvelar esta red de espionaje ya se han encargado personas como Julian Assange, Edward Snowden, el soldado Manning, Glenn Greenwald, Laura Poitras y un largo etcétera de chivatos -whistleblowers- y de periodistas dispuestos a publicar lo que ellos dicen aun a riesgo de perder su carrera y a veces su vida.





¿Está seguro de que nadie le vigila?


*En entradas futuras desarrollaremos todo el espectro del impacto psicosocial del control de los secretos, apariencias, comunicaciones y conciencias, pero justo aquí lo obviaremos por falta de espacio. Baste decir que su importancia es fundamental y que va a cimentar el mismísimo ADN de este blog.


LOS IMPERIOS DE LA MENTE